La frustración

Feb 22, 2022

 LA FRUSTRACIÓN

No podemos tenerlo todo. Aunque el motor de ir hacia lo que nos falta es absolutamente necesario.

Necesitamos afecto, comida, pertenecer a un clan, ser dignos/as.

Necesitamos nuestra propia voz diferenciada del otro y diferenciada de nuestra herida también, necesitamos comprender.

Necesitamos la libertad conjugada con el compromiso.

Necesitamos ir hacia las profundidades del ser sin perder de vista la superficie. Encontrarnos. Sentir la fragilidad sostenida por nuestra propia fuerza. Y para todo esto necesitamos algo mucho más difícil de aceptar. Necesitamos la frustración.

Ella nos hace el pulso en el que poner en juego nuestras capacidades y nuestro verdadero interés por crecer y avanzar. Por la vida. Necesitamos aprender a levantarnos de la frustración para volver a caer en ella, sin que ella nos acabe tragando, sustituyendo, paralizando.

 

¿Cómo despertaríamos la inteligencia y cómo usaríamos el instinto si la vida solo fuera un camino de bajada donde la inercia nos llevaría a todas/os al mismo sitio y sin sorpresas?

¿Cómo podríamos experimentar ninguna libertad, ni  ninguna fuerza individual dónde anclar la conciencia? ¿Y cómo valoraríamos lo que sí tenemos si no estuviera ahí el vacío para hacerle eco?

 

Estaríamos en un estado de apatía, benevolente tal vez, pero aburridísima. Como un letargo cómodo pero sin chispa. Seríamos seres blandos, desprovistos de gracia, seres moribundos. Y no hablo de vivir la vida en el otro extremo del esfuerzo. O ir buscando la frustración como fin en sí misma para normalizar una queja y afianzar un estado de víctima  exento de responsabilidad.

Hablo de que la frustración es necesaria para sentir la verdadera fuerza de los riñones: la voluntad.

 

No tiene oponentes la voluntad si conectas con ella. El deseo salvaje de avanzar es lo más intuitivo y potente que tenemos. Deseamos madurar. Sin la voluntad nos movemos  en la inercia de la marabunta o con esfuerzo agresivo. Y la frustración es quien mira a la cara a la voluntad y la reta a estar del bando de la vida.

 

Por lo tanto no podemos tenerlo todo, porque en el fondo, no queremos todo. Queremos frustrarnos. Sentir la caída, el vacío. Necesitamos la falta, la dificultad, para avanzar con voluntad o retirarnos si no era ese nuestro camino. Necesitamos nuestros  riñones haciendo su función. 

 

Un abrazo,

Rut

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