La creatividad

Feb 21, 2023

La creatividad es la facultad de crear. Crear es traer a este plano algo de la nada. La “nada”
es, entre otras cosas, ese vacío que permite que se acumule la energía dentro. Energía que un día explotará y emergerá en este plano para convertirse en “algo” En el invierno no vemos los frutos que nos comeremos en verano: ese vacío del invierno está gestando la vida dentro. Y nutrirá posteriormente la vida fuera (la nuestra al comernos esa fruta, por ejemplo).

Por lo tanto decimos que la creatividad es la capacidad para relacionarnos con la nada y sacar de ella frutos que alimenten nuestra vida permitiendo así que ésta, nuestra vida, se mantenga viva. Que en definitiva es lo que llamamos Salud: vida viva.

La creatividad decimos entonces que es la suma de estos dos ingredientes: una
predisposición innata en el ser humano (y en la naturaleza en general) para crear y la nada.
Y de esa suma el producto es “lo creado”. Y siempre ese resultado es una sorpresa para el
creador. Puedes pensar que vas a escribir un libro de poemas, pero no sabes cómo serán esos poemas hasta no que los escribes. Puedes saber que estás embarazada de una hija, pero no sabes cómo será hasta que no la paras. Por lo tanto el factor sorpresa forma parte crucial del engranaje de la creatividad. Y de la vida en general.

En este mundo cada vez más enfocado en las estrategias de control (gran antónimo de
sorpresa) emocional por ejemplo, y de mercado seguro (quiero todas las manzanas iguales
para poder venderlas bien), la creatividad se esté desplazando cada vez más al terreno de los hobbies y no al terreno de lo realmente esencial y vital. Producir no es crear.

Producir carece de las dos premisas necesarias de la creatividad: la predisposición a la nada y la sorpresa. Producir es usar el vacío para generar productos controlados y conocidos. En ese caso el vacío no acumula energía viva para luego florecer, simplemente obedece a unas leyes externas que lo controlan. A eso lo llamamos fabricar, verbo que aunque se parezca a crear, difiere en que éste último expresa la vida mientras que el primero no. Fabricar es repetir un gesto para obtener el mismo resultado, evitando el vacío y juzgando como erróneo un producto que salga diferente. Si la madre naturaleza hubiera desechado todos los “productos” que salieran diferente, no habría vida en este mundo. Fabricar, mata.

Yo me pregunto, desde esta perspectiva, si como persona estoy creando o fabricando mi vida. Si estoy haciendo trabajo personal para estar cada vez más abierta al vacío y las sorpresas que implica. O quiero a través de una dieta, una terapia, tres horas de gimnasio, lo que sea, controlar más mi vida para evitar, por miedo al vacío, vivirla en lo que realmente es: un interrogante.

La Salud se crea, no se fabrica. Se construye creativamente desde la nada y la sorpresa. Para ellos creamos estructuras y disciplinas: ordenamos la alimentación, el descanso, las responsabilidades. Miramos nuestras relaciones y las maduramos. Observamos nuestra mente y nuestro corazón. Pero ojo, para vaciarnos cada vez más y que nuestra fuerza creativa nos haga disfrutar de esta vida creando frutos de amor perfectos por diferentes: vivos. Una vida sana es una vida que se vive creativamente.

Si no hay espacio en nuestra vida para la creatividad tal vez hoy es el momento para
reflexionar sobre ello. ¿Qué opinas?

 

En la newsletter anterior sobre la creatividad, están los verdaderos motivos por los que
decidí integrar la creatividad en mi trabajo. La creatividad como herramienta de Salud.

La salud se sostiene en los buenos hábitos, pero no solo relacionados con la alimentación, el sueño, el ejercicio, etc...O incluso en otros hábitos para vaciar la mente (y la vida) como la meditación o el yoga, el chi kung. La salud también se sostiene en hábitos creativos ( y con hábitos sólo quiero decir que estén en nuestra vida de forma habitual) como la música, la escritura, la pintura, etc...Cultivar lo creativo para generar más vida que nos nutra, para que nos ayude a salir de lo mecánico y desprovisto de gracia y chispa, inspiración. Para conectar con nuestro lado no controlador, no racional, no fabricador. En definitiva para vivir como el trozo de naturaleza potente que somos.

Usar la creatividad para abordar desde ella lo que nos pasa. A veces es sólo apartarme del medio y la vida creativamente ya sabe lo que hacer.

Mi primera propuesta concreta es el próximo taller de escritura “La escritura como deseo”.
Yo como eterna aprendiz de escritora y alma poética, uso el recurso de la palabra para
vaciarme de dolor, estancamiento, desamor, envidia (y podría enumerar tantas cosas) y dejar que la sorpresa de la vida me encuentre y me exprese con toda su fuerza. Escribir como deseo de ser. Como libido hacia la vida entera. Como contacto con una fuente inagotable que es la nada y sus universos. Por eso te ofrezco este mi recurso, para darte algunas pistas de cómo mirar y usar el vacío y transformarlo en nuestro aliado y no nuestro enemigo.

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